Antes de que se produzca una avería inevitable, lo cual supondrá un costoso gasto a la hora de cambiar o reemplazar piezas de gran tamaño; incluso de la sustitución completa del sistema con lo que conllevaría la obra; hay que tener la conciencia de estar dispuesto a realizar un correcto mantenimiento preventivo de su suelo radiante.


En primer lugar, deberá comprometerse a que algún profesional haga inspecciones programadas periódicamente; con el fin de reducir la probabilidad de fallo o degradación de los componentes. Es la base de la correcta explotación y funcionamiento de una instalación térmica en cuanto a eficiencia energética, confort, condiciones saludables, contaminación, costes, etc.
En las instalaciones con suelo radiante, el mantenimiento preventivo es fundamental a fin de evitar llegar a un mantenimiento correctivo (arreglo de averías graves). Aparte de todos los elementos propios para su correcto funcionamiento; existe un elemento muy importante, por no decir el que más, y que a menudo no se tiene en cuenta: el agua.

Mantenimiento en instalaciones de suelo radiante con agua


De la calidad del agua depende en gran parte el correcto funcionamiento del sistema, teniendo en cuenta, además, que los criterios constructivos de los generadores están orientados a conseguir un mayor rendimiento y aprovechamiento de los materiales; lo cual influye pasa por la reducción del volumen interno de agua. Esto aumenta la degradación de la misma; provocando la descomposición de los bicarbonatos cálcicos en sales insolubles (carbonatos) los cuales se depositan en lugares de baja velocidad del agua (cuerpos de caldera, fondos de depósitos de inercia, etc.)

En instalaciones que no disponen de elementos para que se depositen estos residuos; como ocurre con instalaciones de suelo radiante con calderas murales; que en su mayoría están formados por tubos plásticos de polietileno reticulado, cuyo material es antiadherente; los residuos se mantienen en suspensión durante su recorrido por los mismos; depositándose en zonas de gran alternancia térmica, causando problemas de taponamiento y dando lugar a sobrecalentamientos de calderas.


Por otro lado, en una instalación de suelo radiante también existen otros elementos que requieren de un correcto mantenimiento y que no deberá pasar por alto junto con el equipo profesional como son las calderas, quemadores, bombas, vasos de expansión, válvulas de seguridad y elementos de regulación y control.


En definitiva, la instalación de un sistema de suelo radiante conlleva un mantenimiento a realizar de una manera profesional y periódica. Esto le ayudará a evitar imprevistos y averías de carácter grave, pero sobre todo a alargar la vida útil de todos los componentes de su instalación.